Stravinsky Boxing Club- Centro de Experimentación del Teatro Colón.
¿Qué tienen en común
un grupo de estudiantes de danza elongando, dos boxeadores precalentando, un
tenor cantando las loas de Stravinsky, tres pianistas y una mujer cocinando
ñoquis?
Conforman un
continuum de ruido insoportable, salpicados de notas de piano, y el incesante
tic- tic de las sogas de los boxeadores cuando impactan sobre el piso. Como enseguida no sobreviene el diálogo, ni
una acción concreta, por consideración al público, uno comienza a
impacientarse: mira el programa a ver si está en la obra correcta, se cerciora
con su acompañante: “¿Esto va a ser todo así?” Espera unos minutos más. Se
detiene en la cocinera; usted no para de estar desconcertado.
Pero usted
es muy torpe. No se da cuenta enseguida de que estos personajes forman parte de
un engranaje de relojería; símbolo de la ruptura con la armonía que Stravinsky
quiso usar para tomar al mundo y a usted por sorpresa.
Los primeros 20 minutos
de esta obra/ documental/ entrevista, puestos en forma de libreto por Sebastián
Martínez Daniell y dirigidos por Gastón Solnicki, están poblados de acciones
aleatorias de personajes aún más aleatorios que no guardan esa unidad
argumental tan útil a la hora de entender de qué se trata una obra.