Stravinsky Boxing Club- Centro de Experimentación del Teatro Colón.
¿Qué tienen en común
un grupo de estudiantes de danza elongando, dos boxeadores precalentando, un
tenor cantando las loas de Stravinsky, tres pianistas y una mujer cocinando
ñoquis?
Conforman un
continuum de ruido insoportable, salpicados de notas de piano, y el incesante
tic- tic de las sogas de los boxeadores cuando impactan sobre el piso. Como enseguida no sobreviene el diálogo, ni
una acción concreta, por consideración al público, uno comienza a
impacientarse: mira el programa a ver si está en la obra correcta, se cerciora
con su acompañante: “¿Esto va a ser todo así?” Espera unos minutos más. Se
detiene en la cocinera; usted no para de estar desconcertado.
Pero usted
es muy torpe. No se da cuenta enseguida de que estos personajes forman parte de
un engranaje de relojería; símbolo de la ruptura con la armonía que Stravinsky
quiso usar para tomar al mundo y a usted por sorpresa.
Los primeros 20 minutos
de esta obra/ documental/ entrevista, puestos en forma de libreto por Sebastián
Martínez Daniell y dirigidos por Gastón Solnicki, están poblados de acciones
aleatorias de personajes aún más aleatorios que no guardan esa unidad
argumental tan útil a la hora de entender de qué se trata una obra.
De a poco,
como un arroyo interrumpido por miles de cúmulos de terrones de tierra, las
acciones comienzan a tener sentido, a verse entrelazados entre sí en un sistema
de signos: ¡palabras! ¡Por fin! Y comprendemos que estamos frente a una guía
para principiantes para comprender la obra de Stravinsky. Gracias al barítono
Víctor Torres que, con comentarios exquisitamente engarzados con piezas
cantadas, nos relata el amanecer, neurosis y recepción de La Consagración de la Primavera.
Podemos
decir que Solnicki se estaría engalanando con plumas ajenas; música de uno,
discurso del otro, piano de Argerich. Si lo vamos a condenar por eso,
tendríamos que dejar de leer a Shakespeare, todos, ahora, en este mismísimo
instante. Pero, ¿cuánto más vale una obra en versión performática? Si de
experimentaciones estamos hablando, ¿en dónde está el manual para el crítico
del pastiche escénico? Aparentemente, Solnicki
también está haciendo una película sobre esto. O mejor dicho, esta obra es una
pista de carreteo para la gran película de Solnicki. Y no me parece una idea
mal concebida. Un boceto hecho en estas carbonillas experimentales en el Colón
no parece un mal primer paso. ¿Pero en qué dirección?
Prim Prudish
No hay comentarios:
Publicar un comentario