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jueves, 31 de enero de 2013

Tan Famosos



Why should we care?



Exacto. ¿Qué nos importa si ya somos indiscutidamente famosos y nada puede envilecer nuestra reputación actoral? 
         Me encontraba aburrida en un retiro veraniego, de noche con una pila de DVDs  y sin más ganas de leer. ¿A ver?  The Descendants, con George Clooney. No puede ser muy mala ya que cuenta con la participación del astro de la máquina de café. Veremos.
"¡Oh, no! ¿Qué he hecho?"
         La mujer de George Clooney cae en un coma profundo durante el cual George Clooney actúa como si él hubiera salido de un coma profundo.  A raíz de un affaire que ella venía teniendo, George Clooney se ve envuelto en situaciones que lindan con el tabú o el cinismo exagerado, convirtiendo a un drama en una comedia negra, pero con tintes emotivos. Además, está sita en Hawaii, lo cual constituye una excelente excusa para que George Clooney vista una variedad insana de camisas floreadas.  O sea, un desastre, a mi desatinado entender.

jueves, 24 de enero de 2013

Elogio a la Desmesura




 ¿Seth MacFarlane Inflado por  los Gases?



Ayer vi Ted de Seth MacFarlane, el creador de Family Guy. La película es muy divertida e irreverente diría un crítico. La película es divertida, de verdad, puedo confirmar. Tiene una mezcla de absurdo, ironía y cinismo, diríamos el crítico y yo al mismo tiempo. Este muchacho, Seth MacFarlane, se dió el gusto: hizo una comedia con seres vivos y un muñeco al estilo Alf, pero bien. Se sacó las ganas con una pelea memorable entre un muñeco y un ser humano francamente inmejorable. Parodió a sus héroes de los ochentas con ellos mismos de carne y hueso presentes, dejándonos sus simpáticas observaciones sobre la melancolía retro sin caer en la real. En fin, el buen kitsch (¿o camp? Me parece que kitsch, no sé) –y eso que (por suerte) no hizo una comedia musical; una de sus obsesiones.

sábado, 19 de enero de 2013

Sergio Bizzio- Rabia (2008)



Incomprendido Rabiar




¿Por qué habría de interesarnos una novela sobre un albañil y una mucama que se encuentran en el Disco? ¿Desde cuándo se construye a un personaje desde Cristian Castro y los giros idiomáticos sobreentendidos, mustios, corrientes? Los nombres de los protagonistas son José María y Rosa; peor, imposible. Rabia tiene todos esos elementos, diría en demasía, pero de a ratos, después de una llanura de lenguaje coloquial despreciable sorprende con los siguientes recursos altamente recomendables de imitar:
         Montaje temporal. Rabia no es lineal, al menos al principio. Comienza con una escena atrapante y guaranga, que cautiva engañosamente, porque nunca más se vuelve a eso en el resto de la obra. Inmediatamente después de esa escena, el relato se transporta a la pre historia de Rosa y María, como eligen (muy a mi pesar) llamarlo tanto el narrador y Rosa. Y siguen los flashbacks, brevemente delineados, a lo largo de la obra para ubicar al lector en la vida de María, Rosa y los Blinder.
         Elemento sobrenatural: Esto es discutible, para no decir polémico. Pero a María se le atribuyen algunos rasgos de súper héroe, como ser una velocidad increíble, la habilidad de ser sigiloso como un gato o una vista de rayos X. Y ¿qué les parece? Funciona.

viernes, 11 de enero de 2013

Calidad de Vida




Sobre el Consumo responsable y Otras Resonancias


Hace un par de días, un amigo (el Rey del Adjetivo) me dijo que a veces prefería tomar un café para hacer tiempo en locales de la cadena Starbucks, aduciendo sus méritos tan mentados como polémicos: el café es bueno, tienen Wi Fi y suele haber chicas lindas. Yo prefiero los bares con identidad propia, singular, o (en caso necesario) cadenas de origen local como Café Martínez. Es el disfrute de la diversidad y los códigos locales lo que me interesa resaltar. También puedo aludir dos o tres argumentos en contra  de la cadena importada del norte que de evidentes no sé por qué no se nombran: es caro y no te atienden (bien). ¿Cómo puede ser que una persona prefiera que le cobren mucho, que se tenga que atender sola, que tenga que pelear por una mesa y que se conforme con un conexión a internet pobre, tecleando 14 códigos indescifrables?

lunes, 7 de enero de 2013

¡Ya lo Tenemos!




 Con la ayuda de Alberto Giacometti, entendimos todo.  (PROA)


Por primera vez en mi vida, la obra de un artista me sirve para algo. Giacometti y sus desfiguradas cabezas, cuerpos gigantográficos y objetos funcionales pero desagradables- según su propio juicio-  me dieron la explicación de por qué fracasan las relaciones humanas de cualquier tipo. O si no fracasan, por qué suponen tanto conflicto.
Giacometti a mi entender es el maestro del manejo del espacio entre el modelo (una víctima del proceso), la obra y él. En la película “¿Qué es una Cabeza?” basada en escritos de Jean Genet, se lo veía al artista pintar con un pincel largo y finito, con el brazo extendido, cosa que debe haber sido muy difícil y cansadora. Y este manejo del espacio es crucial para avalar mi tesis de hoy.
Giacometti se enfrascaba en observar a un objeto (principalmente cabezas) por horas, días, años. Decía no saber lo que era una cabeza. Y ya había esculpido varias. Lo que él quería lograr, y logró, era representar a un objeto despojado de toda objetividad realista. Lo que los surrealistas decían, pero llevado a extremos inclasificables. El ejemplo más claro de esta visión es la representación- repetidísima- de la figura de Isabel Delmer. Primero en cabezas, después en bustos y las últimas en reproducciones pequeñísimas. Claro. La última vez que la vio- enamorado hasta la médula de ella estaba el artista- fue a la distancia. Y el tamaño de la imagen de Isabel quedó en su recuerdo así: diminuta. Y la retrató Alberto Giacometti. Conclusión: Isabel es diminuta.