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martes, 5 de febrero de 2013

Elogio del Comitente





Cerveza, café,  un atardecer embriagador junto al tren y Juan Gatti.


 

El domingo pasado fui con dos amigos a ver Contraluz, la muestra del diseñador Juan Gatti en el Museo Sivori. El museo tiene un hermoso parque para tomar cerveza o café y es un gran plan de verano, siempre.
La muestra consistía en la exhibición de los trabajos de diseño gráfico para discos y películas y revistas más trabajos artísticos: fotografía y collages digital, en general, de Juan Gatti. Había unas cuarenta o cincuenta tapas de discos de rock argentino y otras cuarenta o cincuenta de rock español, sus trabajos para marcas de moda como Kenzo y la revista Vogue y unos veinte pósters de películas de Almodóvar y su productora El Deseo.
Voy a consignar que sus tapas de discos eran claras y prolijas y precedían muy bien el producto cultural: el nombre del artista y el nombre de la obra. O sea, un profesional que hace correctamente su trabajo. Lo hace muy bien. Vemos, por ejemplo, una tapa de un disco y todos sabemos de qué se trata, a groso modo. Evidentemente estuvo allí donde tuvo que estar en el momento que había que estar y con su oficio y talento se convirtió en parte de una movida, de una obra. Y por sobre todo: hizo espectacularmente bien su trabajo: comunicar lo que le pedía el artista y/o la compañía para lo que trabaja. En definitiva un excelente profesional.

Entonces nos paramos ante sus pósters para Almodóvar y su productora y vemos que son realmente muy buenos. Mucha personalidad, muchas ideas, muy buena comunicación, hermosas piezas gráficas. Comunican y para colmo te atrapan, te hipnotizan, los querés tener colgados en la pared de tu casa.
Pero vamos de a poco.
Vamos por partes.
Nos detenemos en las fotos de Gatti, en los trabajos para revistas y marcas. Vemos su obra artística y vemos una obra prolija y elocuente, que nos dice explícitamente lo que nos quiere decir. Una vez más, comunica. Claro, prolijo, en foco.
Pero entonces creo encontrar una marca de autor, pero creo que es la de Almodóvar. En los pósters de las películas de Almodóvar (y en las de Alex de la Iglesia) encuentro emociones y belleza más allá de la comunicación, más allá de la venta. Las piezas manejaban múltiples conceptos, múltiples sentidos, atractivas imágenes, el deseo más violento. Es en esas pequeñas piezas de marquesina de cine donde el paseo dominguero se hizo embriagador. En eso y en la charla compartida con amigos en el bar del Museo Sivori, una domingo a la tarde de verano.
Entonces el elogio, el elogio del comitente. El elogio del cliente por sobre el proveedor de servicio. El tipo con el arte y las ideas claras y que sabe lo que quiere y que arma el equipo de trabajo para que el arte surja. El elogio del trabajo en equipo, tal vez. Pero elogio del comitente en definitiva. De eso se trata el cine, de eso se trata la música, especialmente la música de rock. De eso se trata, de elogiar el comitente, la orden de compra de un servicio, el pedido de una opinión, la lectura de una devolución, el triste destino de cambiar un pantone sin saber su nombre, doblar una línea que quizás llegó demasiado recta.
Yo estuve allí, puede decir Juan Gatti, con muchos de los grandes artistas de los últimos cuarenta años.

                                               Robert Gynek

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