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martes, 12 de febrero de 2013

La Vida está muy Sobrevalorada



 Aburrirse


Este fin de semana (este no, el anterior) me aburrí. Bastante. Antes todo fui al bar de siempre, donde siempre me encuentro con gente deforme que da que hablar, pero los chistes son siempre los mismos. Nos hicimos de unos posavasos nuevos, pero al final siempre terminamos riéndonos de las mismas caras, hasta que dejan de causar gracia. También tuve una fiesta familiar con momentos emotivos. Y como no me gusta ser parte de nada, me aburrí un poco.
Ufff
         Y el domingo fui a ver The General Elektriks en Niceto. Abría Axel Krygier ¿Y qué pasó? Me aburrí otro poco más. Su música se parecía  a los Wawancó en francés. No había letra, cosa que me molesta bastante de la música contemporánea, y los efectos vocales eran infructíferos.
The General Elektriks armonizaron un poco más el hedonismo superficial del público y eran excelentes como música de fondo. Pero como la actividad principal era verlos a ellos, me aburrí.
         Cuando uno se aburre, tiñe todo con su aburrimiento. Las calles de Buenos Aires me parecen aburridas, la gente no arma tertulia, no busca intereses comunes y se enajena en sus chupetes electrónicos con botones.

         Entonces reflexiono, reflexionamos, lentamente, sin mucho apuro ni ímpetu porque igual este pensamiento me va a aburrir a la larga: hace unos años la gente se moría antes, y esos eran considerados tiempos mejores. ¿Por qué? ¡Porque se aburría menos! Ahora que hay vacunas y tratamientos para alargar la vida, o burlar a la muerte, la vida resulta tediosamente larga. La vida se ha convertido en un valor muy preciado y lo único que nos otorga es una condena a aburrirse por más tiempo.
         Y eso me lleva al tiempo de hoy, que es lunes o martes, estrellándome contra la certeza de que los lunes y martes son feos, mustios, aunque uno esté de vacaciones y no tenga la horrenda semana por delante.  En estas ferias estivales, los que odiamos el hacinamiento de la costa atlántica vemos como un problema no tener un plan o tener uno bastante desabrido como el de Niceto. Encima ahora me vengo a enterar de que hay un feriado en enero. ¿Llueve sobre mojado?
         Entonces, ¿Qué hay que hacer? Bueno, como primera medida, aprovechar la falta de plan y de inspiración para conjurar encuentros y en vez de eso descansar, algo con lo que no me siento muy cómoda aún. Y también amigarse con el tedio. Es decir, comprender que el aburrimiento es el gran tema de los próximos 20 años de nuestras largas vidas. Va a haber que inventar algo realmente vibrante para retratarlo y transformarlo en el motor de nuestras creaciones. El aburrimiento será el gran tema recurrente de este siglo. 

                                                                                                    Hartobia

2 comentarios:

  1. Muy cierto, la vida se ha tranformado en un bien no escaso. Además del tedio el gran tema recurrente del próximo siglo serán los almohadones.

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