Tener un amigo con Bar, ¿una bendición o un flagelo?
Una vez más, vamos al
bar de mi amigo a ver bandas. Porque parece ser que es un lugar serio, con
estilo, onda, arte, y buen sonido. Y como siempre, mi amigo nos promete veladas
reveladoras y nosotros accedemos,
sabiendo que de todos modos no tenemos otro plan.
Esta semana se sucedieron varias
presentaciones en su bar, algunas de las cuales revolvieron mi estómago en más
de una dirección, y en ocasiones, favorablemente.
Ayer, por elegir un día al azar, tocó
el artista más talentoso que vi en vivo en los últimos meses. Electrochongo. Un diablo vestido de
lycra, que canta odas a la realidad con
bases de sintetizador caprichosas, agitando músculos y talco sobre el escenario.
Grandes temas de la noche: Sos tan Fácil,
Mamarracho y Sólo Sos un Buen Polvo
– esta última debería convertirse en el Himno Nacional Argentino.
¿Qué hace el público mientras mira a Electrochongo? Suda, delira y baila.
Porque es divertido, porque es bizarro y porque canta sobre nuestras realidades
ácidamente y despojado de lástima por estar vivo. También, como en todo recital
íntimo, hay una voz que les grita desde
el fondo a la banda- prueba irrefutable de la unánime aprobación del
público. ¿Qué le gritan a Electrochongo? “¡Mucha ropa!”, “¡Sos mejor que Jarvis
Cocker!” Y el artista sólo sonríe, se pone un tapado de lentejuelas y nos
regala otra dosis de verdad sintetizada y techno.
Por supuesto, la felicidad es etérea y
efímera. Por eso, al rato suben El
Orgullo de Mamá. De lejos son una buena banda. Pero rapean como los Illya Kuryaki cuando tenían 12. Un
viaje al pasado, ese pasado que por algo dejamos atrás, en el que hicieron
bailar a sus amigos, y a nosotros nos aburrieron ocurrentemente. ¿Qué les grita
el público? Nada. ¿Qué les quisiera gritar yo? : ¡Todavía te duele no ser
chaqueño! Una banda polémica para no decir mala.
Entonces esa fue la fecha. La bendición
del amigo con bar es poder gritarle a la banda, dialogar con los músicos y
conseguir discos. El flagelo de tener un amigo con bar es dialogar con los
músicos, conseguir discos y tener que ir, por siempre, como una constante
sempiterna; porque si no ¿qué otra cosa hay para hacer?
Prim Prudish
el orgullo de mamá es peor que don barredora rapeando.
ResponderEliminarHola! estuve en el mismo lugar el mismo día, y quería decir mi opinión: Fok es de lo más choto y decadente que he visto en 20 años de ir a ver rock en vivo. Pero bueno, nuestros gustos y disgustos solo hablan de nosotros y cada uno es libre de gozar con lo que le pinte.
ResponderEliminarte puede gustar o no, te puede parecer choto y decadente, pero hacer bailar y divertir a la gente con algo "choto y decadente" a mí entender, es algo genial. Capaz preferís algo "intelectual y elevado" y está todo bien, pero quitar mérito por no ser eso, es de una estupidez sublime.
ResponderEliminarOhhh, espadachines de la opinación! Dad las caras!
ResponderEliminarPrim Prudish
Ohhh!!! Leed la nota sobre La Polla en este mismo Blog y despuès debatid con más herramientas emocionales!!!
ResponderEliminarJosè González
Qué cosa bárbara!
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