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viernes, 28 de diciembre de 2012

¿Está Bien la Alegría en el Rock?



¿Gracias a la Vida?


El viernes Ignacio Zubeldía, cantante, guitarrista y compositor de la banda de culto Subsole me contó que estaba viendo a Café Tacvba cuando su familia le pidió volver a casa cuando estaba empezando a disfrutar del concierto. Me decía que la actitud de Rubén Albarrán era increíble, embriagante.

Y claro, me confirmó lo que ya sabía de un cantante que tiene lo que pocos artistas tienen: la alegría de hacer lo que más le gusta en el mundo: tocar música. Dos personas que no hay forma que defrauden en un concierto de música rock pop o pop rock son el mencionado Albarrán y Michael Stipe, de REM. REM creo que da los conciertos más emocionantes que viví en mi corta vida. Y lo mismo me ocurre con los Café Tacvba, que sin ser su repertorio tan interesante, por lo menos para mí, su alegría de vivir me producen un inmenso placer con solo verlos. 


Fueron tan emocionantes los conciertos de REM que vi en mi vida que estuve buscando desesperado en internet alguna filiación donde Stipe no estuviera feliz y luego de ver 100 videos (o más) oficiales, caseros, de todo tipo y en todos los continentes, me resigné a la increíble novedad: hay una persona en el mundo que está realmente feliz de hacer música y compartirlo con la gente. 

Entonces. ¿Cómo puede ser que la mayoría de los artistas que ganan millones por hacer música se vuelvan tipos amargados e hipócritas? Entiendo que puedan fastidiarse cuando los molestan en su vida cotidiana, pero ¿Cómo puede ser que no puedan trasmitir nada de alegría cuando se suben al escenario y lo manejen como un trabajo rutinario? ¿Cómo pude ser que hacer música no los emocione? En un presente de músicos devenidos en artistas egocéntricos o empresarios descarados (o en las dos cosas) la existencia de Rubén o Michael nos da un poco esperanza: el amor existe. ¿Es esto la contracultura hoy día?

José González

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